Quizá sea un poco apresurado decir que el nuevo disco de los estadounidenses Turnstile será el mejor trabajo internacional del año. Puede que así sea aunque estemos en la recta final del verano y queden cuatro meses de lanzamientos discográficos, pero los de Baltimore nos pusieron los dientes largos a finales del pasado mes de junio publicando su EP TURNSTILE LOVE CONNECTION (Roadrunner Records, 2021), trabajo que incluyó cuatro de las canciones que podemos escuchar en su tercer LP. Con quince temas producidos por su compatriota Mike Erizondo (Eminem, Mastodon, Twenty One Pilots) el quinteto conjuga un pastiche sonoro capaz de volarte la cabeza. Porque su particular estilo con el hardcore y el punk como base se transforma en cada canción para hacernos vibrar con ecos a Nirvana, Jane’s Addiction, Weezer, Rage Against The Machine, Incubus… Sí, grupos que parecen del Paleolítico, pero cuyas influencias suenan en muchas de las melodías del demoledor álbum de Turnstile. Porque muchos no habrían escuchado su nombre nunca, pero seguramente a partir de ahora se cansarán de leerlo y escucharlo en muchas partes. Vale, quizá sea una flipada todo esto, pero la capacidad de Brendan Yates en las voces, perfectamente acompañado por las guitarras de Brady Ebert y Pat McCrory, el bajo de Franz Lyons y la batería de Daniel Fang, es un gran paso adelante en su particular carrera musical. Sino, basta con escuchar ‘Blackout’, ‘Don’t Play’, ‘Holiday’, ‘Alien Love Call’ y ’T.L.C.’, por ejemplo, para deleitarnos con un trabajo que supera todas sus expectativas en los casi treinta y cinco minutos mejor logrados en los ocho meses que llevamos este año. Y es que ese batiburrillo de hardcore, rock, funk e incluso indie es lo más interesante que podemos encontrar en los discos recientes. Habrá que ver lo que les depara el futuro, pero lo tienen todo para destacar.
Alfredo Rodríguez
