[Carusella + El Páramo @ Wurlitzer Ballroom. Madrid. 24.01.2011]
[Promotor: Nooirax Producciones]
Generalmente echamos de menos las cosas cuando no las tenemos y suponemos que nos pasará cuando El Páramo dejen de hacer música. Tenerles ahora no es importante para la gran mayoría del público pues, ilusos ellos, se pierden auténticos conciertos que podrían ser, sin duda, parte de la historia de la música. Y que no suene exagerado, pues ver en acción a esos cuatro maestros con sus instrumentos hace que dejes de lado a otros grupos que no les llegan ni a la suela de los talones. Indiferente que suene cualquiera de las canciones registradas en su primer trabajo largo, el homónimo El Páramo (Alone Records, 2008), como ‘Infección de Escorpión’, ‘La Polvareda’ o ‘Júpiter’ e incluso alguna nueva, pues el sonido compacto hace que te lleves las manos a la cabeza, quieras o no. Liderados por los magistrales juegos de sus guitarras y arropados por unos efectivos batería y bajista, la facilidad con la que te atrapan y no te sueltan les hace grandes tras directos como el comentado. Gratificante fue que unos asistentes con caras de sorpresa situados en la primera fila reclamasen información sobre la procedencia y la discografía de la banda pues no se creían lo que habían visto. Sí señores, se llaman El Páramo, son de Madrid, sacaron un discazo y tienen entre manos la publicación de otro.
Tras ellos los que ejercían de “cabezas de cartel”, los israelíes Carusella, pareja formada por Tamar Aphek (voz y guitarra) y Gui Shechter (voz y batería) que venía con la intención de conquistar nuestros corazones tras unas sonadas críticas levantadas con su homónimo debut Carusella (2009), sin embargo, no pudieron lograrlo. A pesar de comenzar de manera más que notable su directo interpretando algunas composiciones de su citado disco, su afán por sumar enteros se quedó en un “quiero y no puedo”. Y no porque no lo intentasen, ni mucho menos, sino que tras la apisonadora de sonido ofrecida por El Páramo todo intento de victoria quedaría en un simple fracaso. Y así fue, pues aunque Tamar se bajó en repetidas ocasiones a tocar entre el público y Gui se empeñó en deleitarnos con su intensa pegada con las baquetas no consiguieron esbozarnos ni una simple sonrisa. Con ‘Star Quality’ levantaron algún aplauso, con ‘Conclusions’ algún comentario y con el resto monotonía extrema. Llegada la parte final del concierto estropearon el buen inicio con una especie de jam session que no tuvo sentido alguno, es más, aburrió a la mayor parte del respetable hasta el punto de coger los abrigos y poner rumbo a casa antes de finiquitar su show.
[Texto]: Alfredo Rodríguez
[Fotografías]: Alfredo Rodríguez