L.A.

estoy contento porque es un experimento de disco, no es un disco normal” (Luis Albert Segura)

Texto: Alfredo Rodríguez

Fotografías: L.A.

Cuando Luis Albert Segura anunció la parada como L.A. fueron muchos los sorprendidos, pero poco después lanzó un disco en solitario, cantado en castellano, con el que no fueron bien los planes. Tras esa época, llegó la pandemia y fue entonces cuando algo le hizo “click” en la mente para irse con su familia hasta un refugio en la sierra de Tramuntana. Allí, partiendo desde cero, el mallorquín se puso manos a la obra para crear nuevas canciones, lanzar un nuevo disco y continuar con otra etapa como L.A. que pueden disfrutarse en Evergreen Oak (Al’s Workshop, 2021). Y como bien nos cuenta, podía salir bien o podía salir mal. Afortunadamente salió bien, motivo por el cual nos citamos para conocer sus impresiones sobre esta esperanzadora nueva etapa que se materializa en un disco que le llevará nuevamente de gira.

· Empezaste adelantando tres singles de tu nuevo disco Evergreen Oak (Al’s Workshop, 2021): ‘Spend My Time’, ‘Storms’ y ‘Judy’, ¿cómo fue el recibimiento del público?

La verdad es que bien porque he dejado de confiar un poco en el mundo “likes” que es una cosa que durante muchos años me ha tenido muy enganchado, conseguir “likes”. Y no solo por estar en multinacionales que parece ser que es “lo que va a misa”. Antes eran las ventas de discos, ahora son los “likes”. ¡Comprar “likes”! (risas) He estado pendiente, obviamente, de cada cosa que he colgado y me guío más por lo que recibo por mensajes, la sensación es como lo que hice en el confinamiento que fueron conciertos desde casa vía Zoom y tuve como una relación muy directa con los seguidores. Hice mogollón de conciertos, me metí en la casa de mucha de gente y abrí como una franja de contacto directo conmigo, de contarnos cosas y demás y veo que la gente, la reacción entre las canciones y más ahora que entro con la prensa a hablar del disco, veo que el recibimiento es muy bueno, tío. Y estoy contento porque es un experimento de disco, no es un disco normal, quiero decir, todo el proceso del disco ha sido un experimento y hasta hoy que lo he cogido en físico y he dicho: “vale, esto ya está, ha sido un éxito”. Lejos de las ventas, de las listas y de los “likes” es un éxito porque es un experimento muy grande donde realmente nos hemos involucrado mucha gente con un proyecto que podía salir bien o podía salir mal. Pero este disco  tenía un riesgo especial. Creo que está todo enganchado bien y que el recibimiento es bueno y que ahora cuando podamos salir a la calle y a la carretera a hablar con la gente e interpretar las canciones y recibir ese feedback al que estaba acostumbrado te lo podré corroborar. Pero te diría que el recibimiento es muy bueno y las expectativas son muy altas.

· Y de los tres avances, ¿cuál ha sido el que mejores sensaciones te ha dejado?

Ha estado un poco repartido, ‘Spend My Time’ fue el primero y fue un poco el que partió el hielo. Me gusta jugar al despiste porque sabía que hay once canciones más detrás pero la gente no tenía ni idea de lo que había, ni de lo que va el disco. Esto es como bajarse un poco la mascarilla, enseñas un poco la nariz pero cuando te la quitas del todo es como “¡ahora veo tu cara!”. Pues eso fue como enseñar un poco la nariz, con ‘Storms’ estuvo bien porque fue un poco como un sazón del pasado, la peña lo entendió fácilmente y ‘Judy’ creo que ha sido la definitiva, con la que la gente entró más fácil. También es verdad que es mucho más sencilla, más directa y como canta mi mujer tiene un trasfondo diferente. Nunca había hecho algo así en un disco. Nos hizo ilusión y estando en la casa se animó a cantar.

· En la primera parte del disco ‘Ringing The Bell’ destaca por las guitarras, ese silbido, el ritmo, la melodía… ¿Cómo preparaste esa canción y qué te llevó a incluirla en ese orden del listado de canciones?

El disco empieza con ‘Spend My Time’ que es la que la gente conoce, la segunda es ‘Where Is The Fire?’ que es como un L.A. plus, tiene un punto un poco Fleet Foxes y decidiendo el orden, escuchando el final de ‘Where Is The Fire?’ oí enseguida el principio de ‘Ringing The Bell’. Me gusta cuando elijo el orden poner todas las canciones sobre la mesa y las voy escuchando. Es difícil porque te puedes cargar un disco, tío. Realmente no es matar el disco pero sí el hecho de que mucha gente lo escucha de cabo a rabo. La gente que se compre el vinilo, por ejemplo. En esta canción, sentí que tenía que ser la tercera. Empiezo con ‘Spend My Time’ que es como otro mundo diferente, pero ‘Where Is The Fire?’ me recuerda mucho a los L.A. de siempre pero con un nuevo aire y de repente ‘Ringing The Bell’.

· Después llega el turno para ‘Always There, Karma’ que también encaja bien en el listado de canciones…

Es curioso porque cuando hicimos el máster me di cuenta de que ‘Ringing The Bell’ termina en un punto, el hecho de que haya una guitarra con fuzz, sube mucho el máster, digamos que cambian los dbs. Había un escalón muy grande y tuvimos que trabajar mucho para las frecuencias, hacer que no fuese un salto muy agresivo porque además ‘Always There, Karma’ empieza con una acústica muy suave, un piano y es como una cosa que va entrando muy paulatinamente y al final pues tiene más sentido. Pero me encajaba en una cuestión de sentimiento. Creo que ‘Ringing The Bell’ te coloca en una party muy loca, pero después tengo las canciones, las intento colocar pero es como cuando llevas media hora en una perfumería y no diferencias olores. Al final es un poco así porque te das cuenta de que si las canciones son buenas, mucho la tienes que cagar para que el disco se vaya a la porra. Es importante sobre todo el principio y el final, pero lo que pase por en medio la gente lo asimila.

· Comentabas antes sobre la canción ‘Judy’ en la que participa tu mujer, ¿cómo surgió que cantase contigo?

Lo decidió ella porque la iba tocando las canciones que salían en la casa y después en la cena con dos copas de vino y los niños durmiendo, nos sentábamos ahí y la ponía los temas. Cuando la conté de lo que iba ‘Judy’ dijo que quería cantar. Yo quería que cantase en ‘On The Moon’ pero esta le gustó más y ella tiene una figura como la que aparece en ‘Judy’ muy presente en su vida. De hecho la ha salvado muchas situaciones y el mensaje es ese. Yo me imaginé una cosa muy cinematográfica pero es alguien que está en el más allá pero nos ayuda de una forma demostrable pero tú piensas que es esa persona. Ella decidió y adelante. Vivimos juntos pero nos dedicamos a cosas muy diferentes, intento no turrarla mucho con la música ni estar 24 horas con la movida. Además, he grabado siempre los discos fuera de casa y ha sido el primero que he grabado con toda la familia alrededor. Los niños tirados por ahí gritando y corriendo, mi mujer entra y sale, coge un café y ha sido muy partícipe del proceso. Ahí ha estado y me pareció ideal porque canta bien, hemos hecho cosas juntos, colgado vídeos en Instagram cantando juntos y sé que le gusta cantar. Y que es una frustración que tiene, me parecía perfecto que cantase. Sí que es verdad que la hice una putada porque está en un tono muy alto y tuvo que subir mucho la voz porque está muy arriba. Quiero que suba a cantar algún día en directo pero la da pánico no llegar, pero igual se lanza algún día.

· Después llega ‘La Casa Divina’, la única canción con título en castellano pero que no tiene letra, es únicamente instrumental, ¿es un nexo entre la primera y la segunda parte del disco? ¿Cómo podemos interpretar esa canción?

La verdad es que me parecía un buen final de ‘cara a’. Obviamente cuando hago un tracklist pienso en la ‘cara a’ y ‘cara b’ más que en un tracklist digital y me pareció un buen final que daba paso a un buen principio de ‘cara b’ que es ‘On The Moon’. Y ‘La Casa Divina’ era yo un día por la mañana tirado en la madera de la casa desde donde grababa. Era un pasillo alargado que ves hasta la otra puerta de entrada y no había puertas. Entraba el sol por la cristalera, estaba todo súper bonito con los niños jugando fuera y pensé en cómo sería la casa en Laurel Canyon, que es un sitio de Los Ángeles que me gusta mucho que siempre que voy paso mucho tiempo allí. Es uno de los centros neurálgicos de la música con Crosby, Stills, Nash & Young, Joni Mitchell, The Beach Boys y demás. Y me imaginé cómo sería esa casa ahí, con sándalo, eucaliptos, cosas colgando de los árboles que hacen luz y sonidos y pensé que sería ‘La Casa Divina’, tío. Y me gustó, ahí se quedó, tío. La concebí sin letra y se quedó en un tema instrumental. Quería que fuese un pasaje más corto pero la fui desarrollando hasta que entra la parte central y me gustó así. Y el título me gustó porque me recordó a una banda que escucho mucho que se llama Mapache que son de California, rollo naïf e indie. Allí hay muchas bandas así que les gusta mucho mezclar el punto baja California, Tijuana, México y jugando con el castellano como mal puesto. Y ‘La Casa Divina’ me sonaba un poco a lo que pondrían ellos en una canción o bandas de ese palo que viven en San Diego. Allí mezclé uno de mis discos, “SLNT FLM”, en el mismo sitio donde se grabó el “Brothers” de The Black Keys, en el garaje del productor, es un lugar muy bonito. Mis colegas de allí dicen que es como Los Ángeles hace 50 años, hay zonas que están sin explotar. También hay muchos mexicanos y a los californianos hippies les gusta mucho la mezcla de ese español que lo ponen mal y suena bien. Y lo de ‘La Casa Divina’ no es una cosa que diría habitualmente porque suena raro pero dentro del mundo California encaja perfectamente.

· Sobre la grabación del disco en sí, ¿en qué momento decidiste salir de la rutina y no grabarlo en NorteAmérica como en otras ocasiones y marcharte a una casa en la sierra de Mallorca?

Pues mira, cronológicamente tiene un momento clave y fue a finales de verano. En marzo nos confinaron, en julio comenzamos a ir a la playa y ver el sol, Mallorca estaba vacía, cosa inaudita. Íbamos a la Playa d’Alcúdia que históricamente era intransitable, una playa kilométrica, fantástica, que se había convertido en una jaula de alemanes, nunca la habría pisado, jamás. Pero fuimos y había medusas, que normalmente mueren por los productos que usan los bañistas. Y había algas, conchas y todo salvaje. Y ahí fue cuando mi mente empezó a pensar en que tenía que aprovechar. No había turismo masificado, estábamos los mallorquines y nada más porque no dejaban entrar a nadie. Y la Tramuntana es un sitio que en verano se pone fea porque hay muchos coches, tránsito, es muy completo viajar hasta allí. Me puse a mirar y encontré la cabaña, es un sitio muy top que lo alquilan por mucha pasta pero con la pandemia bajaron el precio. Quise ir a ese sitio porque en temporada normal era imposible pero en estas circunstancias cuadraba todo. Hablé con Emerge, con Altafonte, a todos les pareció un buen plan y me fui con la familia para crear el disco. Fue cuando lo decidimos y pensé que tenía que pasar porque en el futuro no sabíamos lo que iba a pasar, quizá no estábamos. (risas)

· Entonces fuiste a la aventura, para componer un nuevo disco desde el principio.

Fui con una portada colgada en Internet con los títulos y sin canciones. (risas) Colgué los títulos que se me vinieron a la cabeza. Recuerdo estar sentado con mi mujer la primera semana y no sabía lo que iba a pasar. Podía haber sido un desastre porque tenemos tres niños, podíamos haber peleado, con los niños por allí, hasta la polla de la montaña y tal, pero estaba sentado y pensé que podría ser un desastre o no. Pensé que podría ser un desastre y recordado como la peor vuelta de una banda de indie español o puede molar, puede funcionar. Y a los tres días estaba en marcha con canciones, pensando en el arte y demás. Pero es que la Tramuntana te entrega todo el rato cosas, los olores, el entorno, todo tío. Yo me fui sabiendo que iban a salir canciones. Algo malo tenía que pasar para que no me saliese nada.

· Y el hecho de no tener a nadie con quien trabajar, un estudio a mano, un productor, tu banda, alguien con quien poder hablar de las canciones…

Claro, tío. Eso también era un riesgo. La composición, la idea y demás lo hizo todo en el momento. No había un productor y eso es un peligro porque cuando pagas a un productor el tío recibe un dinero, le pasas unos acordes y se crea una canción porque pagas por ello pero aquí estaba solo. Si no me salía nada y no estaba creativo, era una putada. Porque si pasaba una semana, otra y otra era un problema, te entra el estrés. Si salía mal era culpa mía y si salía bien, también.

· ¿Cómo ha sido el resultado de la experiencia?

El resultado ha sido super satisfactorio, tío. Y prolifero porque se han quedado muchas canciones que no he sacado, pero no me apetecía en esta ocasión hacer un disco doble ni con más de doce canciones. Lo vi de diez, once, doce máximo y se quedó en doce. Pero muchas canciones se han quedado ahí, que no las acabé pero están arrancadas y tengo mogollón en el disco duro. Algún día las recuperaré, haremos una edición especial o lo que sea.

· ¿Y cómo piensas que será crear un nuevo disco en el futuro? Sin esa casa en la sierra pero entrando nuevamente en un estudio y trabajando como antaño.

Mira, ahora mismo si me pidieras qué pretendo con este disco te diría que funcionase mínimamente bien para el año que viene grabar otro disco. Pero me apetece irme a México, irme a California que tengo mogollón de amigos y quieren que me vaya con la familia. Hacer el mismo proceso pero allí, alquilar una casa en medio de Big Sur, llevarme a los niños allí, nadar, correr y todo eso. Piensa que he hecho el disco con un MacBook, una tarjeta de sonido y una guitarra. Hoy en día basta con eso, tener un teclado para grabar alguna cosa y listo. Incluso desde ahí puedo enviar todo a un estudio en Mallorca para que se vaya mezclando y trabajando, marcar directrices. Hacer un Zoom y adelante. Un disco, lo puedes hacer en cualquier parte.

· Y en ese sentido, ¿ha sido diferente hacerlo solo o con tu banda?

Bueno, piensa que siempre grabo solo. Una vez grabé con banda y lo que grabé con la banda no salió que fue en el “SLNT FLM”. Las canciones que hicimos con toda la banda colocada y grabando no se usaron para el disco. Normalmente voy y grabo solo. Con Richard Swift en su momento, con otros productores y músicos. Estoy acostumbrado a grabar solo y me gusta.

· Entonces la experiencia tampoco ha sido tan diferente, por así decirlo. Has cambiado la ubicación pero el proceso se ha vuelto a repetir.

Ha sido diferente pero ya lo había hecho. Lo hice en su momento con dieciséis años con un cuatro pistas de cassette Fostex, con cassettes y re-grabando pistas, luego la guitarra, después un micro, la batería… Y es exactamente lo que he hecho ahora, pero con medios top, ¿sabes? Ahora mismo tengo reverb de Abbey Road, tengo Ferchals, compresores y tengo la hostia, porque son plugins que emulan cosas analógicas que hace diez años eran impagables. Tenías que irte hasta Abbey Road para poder grabar con esa reverb o con esos compresores y ahora los tengo en mi ordenador.

· Vale, regresaste hace unos días a los directos e hiciste dos fechas en Elche y Cartagena, ¿qué significó para ti tocar en solitario sin tu banda? ¿Cómo fue el reencuentro con el público después de tanto tiempo?

Muy bien y muy emotivo porque mucha gente era el primer concierto al que iba desde que empezó la pandemia. Y fueron dos teatros, uno en Elche en un espacio pequeño muy bonito y el otro en Cartagena era un auditorio enorme, descomunal y muy bien, muy guay, la gente muy receptiva. La gente tiene muchas ganas de conciertos y eso es lo que tenemos que aprovechar nosotros, bien aprovechado. Por eso es bueno que el disco les guste, que guste a la gente y que luego quieran verlo en directo, ¿sabes? Porque así estamos todos contentos porque la distribuidora vende discos, la agencia tiene ingresos porque hay bolos, se venden tickets y yo estoy feliz porque puedo seguir viajando y haciendo discos, que es realmente lo que quiero, no quiero ser millonario. Quiero poder seguir haciendo esto, pago mis facturas, mis niños van a un colegio de puta madre, como guay, somos veganos y listo. Una vida normal, tío. Así es que esto es un resumen de lo que estoy haciendo ahora mismo.

· El siguiente concierto será en la sala La Riviera de Madrid con toda la banda con nuevos miembros, ¿cómo estáis preparando el directo?

Sí, tenemos nuevas caras porque Dimas ha sido padre y está en ese momento de parar, querer estar ahí y no perderse nada, además que está haciendo música para Hollywood, trabaja directamente con productoras de cine y hace música de trailers de películas. Está en un momento diferente con la familia y no le apetece salir a tocar un día para volver a casa. Somos muy colegas pero está en un momento diferente. En su lugar ha entrado Pedro Moya que es un tío fantástico, es un chaval joven que toca como un demonio y Sergio Llopis que es con quien hice “Amenaza Tormenta” y giramos y es quien ha producido ‘Spend My Time’ y ‘Underwater Masquerade’ y es un amigo desde hace muchos años. Y luego siguen Ángel Cubero y Pep Mulet, claro.

· También quería conocer un poco sobre tu anterior disco “Amenaza Tormenta” que no rodó mucho y ahora vuelves con L.A. pero ha sido muy temprana la vuelta, ¿a qué se debe el regreso tan precipitado?

Si te soy sincero, cuando paré L.A. era un “hasta luego”, no era un adiós. Siempre dejé claro eso, que era un “hasta luego”. Y en mi cabeza siempre tenía un reloj de dos años, tenía dos años en la mesa. Sí que es verdad que me vine muy arriba y pasado un mes de parar L.A. saqué un single nuevo en castellano, luego un disco, ensayo con otra banda y adelante. No dejé respirar, reposar nada y me aturrullé, me agobié más. Si paré L.A. agobiado, eso no hizo que agobiarme más todavía. El proyecto “Amenaza Tormenta” requería más esfuerzo que L.A. porque veníamos con un rebufo de diez años que estaba rodado pero esto había que levantarlo de cero y no di lo mejor de mi. Encima en la agencia no entendieron el concepto igual, todo muy loco. Pero bueno, son decisiones que se toman muy en caliente y después en plena pandemia en frío me di cuenta que no podía salir bien nunca.

· Entonces fue el punto que decidiste retomar la actividad con L.A.

Sí, pero bueno, darme cuenta de lo que había hecho y que había sido un error y asumir totalmente la cagada, de ahí hasta que dije voy a hacer algo con L.A. hubo un tiempo, hubo pandemia por en medio y monté una cosa paralela para pasármelo bien con dos colegas que se llama Magnolia Magnolia y había unas canciones, está todo ahí. Pero nos pilló la pandemia por en medio y se quedó todo parado. Era como un pasatiempo rollo Courtney Barnett, que algún día saldrá, hay seis canciones e incluso quería hacer un EP digital para regalar, pero como muy de garaje de casa. Y después vino lo de L.A. e irme a la montaña. Pensé en hacerlo como L.A., también como Luis Albert Segura, una cosa nueva y fue cuando dije que era el momento de hacerlo como L.A. y sacarlo en primavera de 2021. Nunca sabes si dejas pasar un tiempo y muere, nadie se acuerda de L.A. porque hoy en día salen sesenta bandas, tío, que te pasan como aviones de guerra y soy como un dinosaurio. Me fui sintiéndome joven y ahora me siento como si fuese un señor. (risas)

· ¿Y por qué sientes que no funcionó “Amenaza Tormenta”?

Principalmente porque no encajó bien. Hicimos un show en la sala El Sol que fue brutal, con toda la banda. No sabía lo que iba a pasar pero ese concierto valió la pena. Lo bien que me lo pasé, lo bien que sonó, la fuerza que sacamos, disco nuevo, fue increíble. Y a partir de ahí fue como un Tetris en el que te caen las piezas mal, todo se fue a la porra. Creo que me desinflé de mi propia energía, ¿sabes? Si estoy enérgico y con ilusión me encargo de que todo funcione, pero si aflojo y me quedo en la habitación la gente va a otras cosas. Piensa que me metí en una agencia donde estaba Izal con su gira despedida y toda la carne en el asador.

· Entonces no fue buena idea cambiar de management.

Quise cambiar por dejar respirar pero no funcionó. Estaba con Live Nation y de repente esto era como dejarlo reposar cambiando de agencia y en dos años paro, vuelvo aquí y sigo, pero claro, cuando la energía te empieza a fallar, estaba agotado, no tenía ganas de ponerme a luchar, a pelear, hacer mil millones de entrevistas para intentar reflotar una cosa nueva, tío. No tuve energía y eso lo transmití un poco en todo y mi agencia en aquel momento era Hook Management con Manuel Notario y su buque insignia que eran Izal y yo era cola de ratón. Y entonces te das cuenta de que no tengo energía para empujarte a que hagas cosas conmigo. En otro momento pues sí, pero entonces no. Ahora estoy a tope, estoy disfrutando de todo lo que hago y me gusta, me lo paso bien. Te aseguro que cojo lo de Luis Albert Segura y dentro de dos ó tres años paro con L.A., saco un EP con alguien y lo hago con Emerge, con quien sea o me lo hago yo. Intentar dejar pasar el tiempo y pensar las cosas, no correr. Es una cosa que siempre me han recomendado, dejar reposar pero quiero las cosas en el momento. También me daba vértigo parar porque venía con rebufo desde los dieciséis años tocando, giras y discos, L.A. desde el 2009 sin parar y de repente me dio pánico quedarme parado en casa, que es lo que hice con mi banda, todos en su casa. Por eso me fui a la montaña que no había presión, sin el móvil sonando, no había giras, sin planes de ir a México o cualquier parte, sin gira europea, sin vuelos, sin bus, no hay prueba de sonido… Tuve miedo a todo eso, por eso pensé en el nuevo disco.

· ¿Pero pretendes hacer lo mismo de girar aquí y luego fuera?

En este momento estamos arrancando, vamos a ver si la cosa vuelve a la normalidad para armar la gira, pensar en otros países y demás. Con banda ahora mismo es complicado porque son unos ciclos que los aforos son pequeños y no sale rentable con toda la banda. Así es que vamos a ver lo que podemos hacer porque volverán los festivales y las giras.

[Mayo 2021]

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