En activo durante algo más de una docena de años, los irlandeses publican su quinto larga duración en una década que sucede a su notable disco The Art of Pretending to Swim (Domino Recording Co., 2018) con el que dieron tanto que hablar hace casi tres años. En esta ocasión la formación liderada por Conor O’Brien, ese orfebre musical que firma canciones de ensueño, vuelve a deleitarnos con una nueva colección de temas marca de la casa. Y siguen sin errar con sus lanzamientos repletos de personalidad, con un sonido tan característico como particular. En esta ocasión regalan a nuestros oídos y corazones diez cortes en los que nos tienen en las nubes durante cuarenta y cinco minutos gracias a composiciones como el perfecto single ‘The First Day’ y la magnífica ‘So Simpatico’ que te coge y no suelta. Cocinado a fuego lento durante dos años, el grueso principal de las canciones se grabó con toda la banda entre finales de 2019 y principios de 2020, pero llegó la pandemia y tocaba rematar la faena. Fue entonces cuando O’Brien las dio su particular punto de gusto desde su estudio casero en Dublín, realizando las mezclas David Wrench (Frank Ocean, The xx, FKA Twigs). Con el sonido del piano, el saxofón y la trompeta siempre brillando, la musicalidad vuelve a ser la mejor baza a la hora de presentar unas canciones que seguramente no te cambiarán la vida, pero que sirven de refugio sonoro cuando más las necesitas gracias a sus delicadas melodías y concisas notas. Ganan presencia los coros, las frecuencias y los detalles, con una cuidada producción que causa un furor reconocible. Los irlandeses crean canciones bonitas en tiempos difíciles, lo que ratifica que la música sigue siendo la manera de poner todo en su sitio.
Alfredo Rodríguez
