Deafheaven ‘Infinite Granite’ (Sargent House)

Con la publicación de su quinto larga duración el grupo californiano seguramente cause extrañeza entre quienes hayan seguido su carrera musical. En once años de actividad han facturado cuatro álbumes donde el post-metal y el black metal han marcado la pauta de su musicalidad, pero es con las nueve canciones incluidas en su quinta referencia con las que más darán que hablar, no cabe duda. Y lo harán porque las influencias de estilos como el post rock y el shoegaze salen a relucir aproximando su sonido a un dream pop que desconcertará a muchos de sus seguidores habituales. Bajo la producción de Justin Meldal-Johnsen (Garbage, The Mars Volta, Jimmy Eat World) el quinteto ofrece un giro estilístico que les sirve para configurar nuevas miras gracias a canciones como ‘Great Mass of Color’, ‘Neptune Raining Diamonds’ y ‘Villain’, donde los sintetizadores toman un especial protagonismo. En esta ocasión el vocalista George Clarke afina su garganta, dejando de lado sus habituales chillidos para cantar hasta hacer entendibles sus letras, cosa que hasta la fecha no sucedía en sus anteriores trabajos. Pero no todo es novedoso, pues cierran su nuevo álbum con ‘Mombasa’, donde un trozo de la composición tiene algún elemento aproximado a un sonido más aguerrido que despide el cancionero como si un tema de sus anteriores largos se tratase. Un paso hacia adelante arriesgado pero que sirve para explorar nuevos estilos y celebrar con éxito una nueva visión en la música de los norteamericanos. Puede gustar o no, pero lo cierto es que brilla la manera de confeccionar unas canciones repletas de detalles, melodías y momentos ensoñadores que ratifican su valentía y riesgo con un sobresaliente resultado.

Alfredo Rodríguez