Interpol @ La Riviera. Madrid. 20.02.2023

Interpol vencen pero no convencen en el primero de sus dos conciertos en Madrid.

· Los estadounidenses llenaron La Riviera dentro de su particular gira por salas.

Los estadounidenses Interpol están ofreciendo una extensa gira por la península formada por una decena de conciertos, fijados ocho en España y dos en Portugal, acompañados por sus compatriotas Water From Your Eyes. Tras su paso por San Sebastián, Santiago de Compostela, Lisboa, Guimaraes y Santander, llegó el turno para la primera de sus dos citas en la capital y antes de tomar rumbo hacia las tres últimas paradas en Barcelona, Murcia y Málaga esta misma semana. Seis años después de su show en el festival Dcode, donde celebraron el quince aniversario de su debut largo Turn On The Bright Lights (Matador, 2002), considerado su mejor disco hasta la fecha, el grupo neoyorquino liderado por Paul Banks (voz y guitarra), Daniel Kessler (guitarra y teclado) y Sam Fogarino (batería) y completado en directo por Brad Truax en el bajo y Bradon Curtis en los teclados y los coros, llenó la sala situada a la orilla del río Manzanares. Con todo a su favor para salir por la puerta grande, el quinteto tuvo un gran sonido de principio a fin, jugando en todo momento con las luces, las sombras y creado esos espacios íntimos y densos que caracteriza su puesta en escena. El principal atractivo fue un Daniel Kessler que, sobre las tablas, supo ocupar su posición con sus sinuosos movimientos y sus punteos de guitarra medidos en todo momento, dejando el papel de líder a un Paul Banks que, luciendo gafas de sol y chupa de cuero, presentó casi una a una las canciones con su gran acento español después de recorrer junto a su familia Michigan, España y Nueva Jersey antes de establecerse en Nueva York. Extrañó, en cambio, los fallos ejecutados por Sam Fogarino con las baquetas en varias ocasiones durante la noche, pues no estuvo del todo acertado o quiso darle ese aire de misterio y descontrol a unas canciones que conoce de memoria después de un cuarto de siglo aporreando la batería junto a sus compañeros. Sea como fuere, el gran repertorio elegido por el quinteto intercalando canciones de sus primeros discos con otras incluidas en sus recientes LPs no fue suficiente para levantar a un público que estuvo estático y distraído durante toda la velada, únicamente despertando de su letargo cuando interpretaron su clásico ‘Slow Hands’ antes de retirarse hacia el backstage para tomar aire, descansar y rematar la faena con tres cortes más en el bis del concierto. Fue una noche que celebrar donde se pudo disfrutar de su sobria puesta en escena alejada de pabellones y festivales como suele ser habitual en sus giras mundiales, pero que no terminó de cuajar en una noche invernal donde lo mejor fue el repertorio elegido para una distancia corta.

Texto: Alfredo Rodríguez
Fotografías: Alfredo Rodríguez