San Miguel Primavera Club 2010 [crónica]

[San Miguel Primavera Club @ Madrid. 25/26/27.11.2010]

Jueves 25 de noviembre [Primera jornada]

Con la pulsera colocada en la muñeca en sustitución del abono anticipado, la tabla de horarios en el bolsillo y el billete de Metro correspondiente para ir de sala en sala, comenzamos una nueva edición del San Miguel Primavera Club en Madrid. Con las pilas cargadas pero con la idea de tomarnos las cosas con calma, nos enfrentamos a la segunda jornada del festival invernal tras ausentarnos en la jornada de inauguración. Este año no vamos a ir dando tumbos cual zombis por las salas picoteando música en directo, sino que nos centraremos en pocas actuaciones siempre y cuando los horarios y los aforos nos lo permitan.

Mediada la tarde en la sala Neu! Club presenciamos el directo del norteamericano Lou Barlow, quien destaca por su trabajo en Dinosaur Jr. y Sebadoh. Acompañado únicamente por una guitarra acústica, se situó frente al micrófono ante una escasa audiencia dando comienzo a su set de manera íntima y cercana. Según interpretaba las canciones se mostró más comunicativo con un respetuoso público, hecho que agradeció pues, según citó, la noche anterior las conversaciones entre el público empañaron de manera notable su tiempo. Basando su repertorio en el reciente trabajo Goodnight Unknown (Domino Records, 2009), nos puso la piel de gallina con la delicada ‘Legendary’ de su anterior largo y rescatando ‘Imagination Blind’ y ‘On Fire’ de sus citadas bandas. La última parte del concierto estuvo centrada en peticiones del respetable, si bien, no contentó a todos los que le solicitaron una pues algunas composiciones, según sus palabras, «eran demasiado tristes para ese instante». Finalizando su show con una guitarra diminuta, nos alegró la jornada a base de bien.

Pistolezado de salida de la mano de Lou Barlow

Parada técnica para llenar el estómago antes de presenciar otros dos conciertos, estos en la renovada sala Rock Kitchen. Cita obligatoria para ver el directo de uno de los artistas más apetecibles del plantel, la joven Nika Roza Danilova, conocida artísticamente como Zola Jesus. Acompañada de un teclista, quien a su vez lanzaba programaciones grabadas, nos mostró sus dos caras, la de ángel y la de diablo. Ahora teñida de rubio platino, la menuda cantante no paró de moverse, recordándonos continuamente a la imagen de la portada del nuevo disco de Crystal Castles. Su presencia sobre las tablas, mitad Lydia Lunch, mitad Diamanda Galás, aderezada con guiños a Siouxsie de los Banshees, nos brindó momentos mágicos interpretando, entre otros, ‘Night’, ‘Trust Me’ y ‘Run Me Out’ de su nueva publicación larga Stridulum II (Sacred Bones Records, 2010). Con gran sobriedad escénica, todo se torció hacia el final de su directo cuando un crujido constante en el sonido teclado, con el consecuente enfado de su músico de apoyo, empañó la presencia de la joven de Arizona.

Tenebrosas voces a cargo de Zola Jesus

El último concierto de la jornada antes de retirarnos a nuestros aposentos fue el de los británicos The Jim Jones Revue, liderados por Jim Jones, el que fuera vocalista de los británicos The Hypnotics. Con un directo que para sí muchos firmarían, el quinteto, sustentado en la presencia del vocalista/guitarra y del teclista, desplegó todo su potencial en un explosivo show. El setlist, basado en su nueva referencia publicada Burning Your House Down (Punk Rock Blues Records/[PIAS] Recordings, 2010) como ‘Dishonest John’, ‘High Horse’, ‘Shoot First’ y ‘Killin’ Spree’, nos puso la sonrisa en la cara y las ganas de bailar en el cuerpo. El activo frontman no paró de moverse, contonearse e incitar al respetable a dar palmas, corear sus canciones y arengar al intenso público que ocupaba las primeras filas. Su sonido nos recordó agradablemente a un Little Richard más rockandrollero, unos MC5 más edulcorados o un Jerry Lee Lewis más intenso. Sin duda, fueron los mejores que vimos en la segunda jornada del festival.

The Jim Jones Revue caldearon la noche a base de rock'n'roll

Viernes 26 de noviembre [Segunda jornada]

Con algo más del ecuador del festival pasado (restan dos jornadas para que finalice el mismo), auguramos que hemos presenciado el mejor concierto de los cinco días, el de Tweak Bird, los hermanos de Illinois. Pero vayamos por partes, pues fuimos a otros tres conciertos en tres recintos diferentes antes de clausurar la noche en el Círculo de Bellas Artes.

Dimos el pistoletazo de salida con los fineses Rubik en el Neu! Club, donde los siete de Helsinki congregaron a un buen número de curiosos y nuevos fans tras su concierto la jornada anterior en el pequeño Nasti. Como nos comentaron dieron uno de los mejores directos del día, hecho que corroboramos tras verles sobre las tablas. Demasiado rubios, demasiado blancos y demasiado felices, sus composiciones sonaron alegres, divertidas, frescas y emotivas por igual. Defendiendo el cancionero de su disco Dada Bandits (Fullsteam Records, 2009) gracias a cortes como ‘Goji Berries’, ‘You Jackal!!’ o ‘Indiana’ y apoyados siempre en un activo Artturi Taira a las voces, guitarra y teclado, fueron de menos a más en un concierto que se hizo corto. Con momentos folk, indie e incluso post-rock, nos hicieron pensar, en ocasiones, en Arcade Fire o I’m From Barcelona. Tirando de guitarras, bajo, batería, percusión, clarinete, trombón, teclados, sintetizadores, panderetas, sonajas, chasquidos y palmas, dieron un señor concierto que se convertirá, seguro, en su pasaporte hacia mayores cotas de audiencia en nuestro país. ¡Sobresalientes!

Artturi Taira de Rubik cubierto por su curiosa melena

Segundo concierto de la jornada, este en el Charada Club, donde acudimos por primera y última vez en el festival. Habiéndoles escuchado tras su inclusión en el cartel hace unas semanas, fuimos poco más que a ciegas para descubrir en directo a The Rural Alberta Advantage de manera casual. El trío, situado en el extraño escenario que dejó al batería en segundo plano como si estuviese escondido al fondo, tuvo sus momentos buenos con sus momentos regulares. Con el cantante, guitarra y teclista como maestro de ceremonias, su debut Hometowns (Saddle Creek Records, 2009) y alguna nueva composición les bastó para meterse al respetable en el bolsillo. Eso sí, quizá una segunda guitarra e incluso un bajista podrían haber hecho que el directo de los canadienses hubiese sonado mejor. A la postre, una de las sorpresas del festival.

Cuidados sonidos de la mano de The Rural Alberta Advantage

Nuestra primera visita a la sala Caracol, el mejor de los recintos que albergaban los directos del festival en la capital ante la ausencia de Joy Eslava, fue para presenciar el concierto de los barceloneses Cornflakes. Tras su exclusivo show en el aniversario de su sello discográfico de siempre, BCore, se reunieron para hacer lo propio en Barcelona y Madrid estos días. Pero, visto lo visto, mejor que Abel (voz y guitarra), Vads (bajo) y Moncho (batería) hubiesen dejado las cosas como estaban. El trío se decantó por canciones de su época más punkrockera como ‘Guindi Yoo’s’, ‘Time Is Time’ y ‘30% 12 R.’ de su disco Childish (BCore, 1992) en detrimento de otras más indies de su trabajo Windows (BCore, 1997), por ejemplo. No supieron aprovechar su tiempo, fallando incluso en muchos momentos en el desarrollo de las canciones perdiéndose, parando y errando notablemente. Va a ser verdad eso de que segundas partes nunca fueron buenas.

Cornflakes achacaron su falta de actividad en directo

Tras ellos acudimos también por vez primera a otra sala encargada de recibir música en directo y público ansioso de la misma, la mítica El Sol. Allí vimos el mejor concierto de todo el festival, el ofrecido por los estadounidenses Tweak Bird. Compuestos únicamente por voz y guitarra y batería, el dúo, visiblemente embriagado, dio un concierto sublime. La palabra para definirles es una: actitud. Con tan sólo dos instrumentos y en ocasiones un pequeño theremin, los hermanos Caleb y Ashton Bird, este último celebrando su cuarto de siglo a base de mezclar tercios de cerveza y latas de Red Bull, pusieron todo patas arriba gracias a su destreza, su música, su comunicación y sus coñas constantes. Con ellos presenciamos los primeros pogos del festival, los primeros brazos en alto y los momentos de más euforia colectiva. La voz de Caleb, a medio camino entre un dibujo animado y Ozzy Osbourne, junto con la increíble pegada de Ashton, creaba partes dignas del mejor ruidismo. El stoner, la psicodelia y el rock de su homónimo largo Tweak Bird (Volcom Entertainment, 2010) fue la base de un concierto que no olvidaremos.

Tweak Bird ofrecieron, para nosotros, el mejor concierto del festival

De vuelta a la sala Caracol para ver nuevamente a los ingleses The Jim Jones Revue como en la jornada anterior, esta vez arrastrados por el planning de horarios de nuestros acompañantes. Igual de intensos, más cercanos si cabe y con más ambiente aún, el quinteto dio buena muestra de su potencia a base de un visceral rock’n’roll. Con Jim Jones a la cabeza y de nuevo un gran trabajo del teclista, el respetable bailó, saltó y cantó con más ímpetu, hecho que agradecieron sobre las tablas con una buena dosis de riffs y sudor y devolvimos desde el foso con intensidad. Volverán pronto y llenarán salas por todo el país, seguro.

Después de muchos comentarios, todos positivos, sobre el directo que ofrecieron Holy Fuck en el Círculo de Bellas Artes en la segunda jornada, quisimos corroborarlo asistiendo a su segundo concierto en el mismo recinto un día más tarde. Los canadienses, armados de un set básico de guitarra, bajo y batería, además de diversos instrumentos electrónicos, teclados y sintetizadores, pusieron a saltar a todos los presentes, hecho que repercutía en el suelo de la ‘Sala de Columnas’ donde se llevó a cabo el concierto, pues parecía que se fuese a hundir todo con el equipo dentro. Afortunadamente no pasó nada, si bien, el cuarteto nos sorprendió con los ruidos de sus sintes y las diversas partes experimentales improvisadas sobre la marcha, aderezadas de muchas de sus composiciones en disco. La fiesta auguraba un noche larga, si bien, nos retiramos a tiempo ante una última jornada de actuaciones en nuestro caso.

Locura sónica de la mano de Holy Fuck

Sábado 27 de noviembre [Tercera jornada]

Nos enfrentamos ansiosos a la cuarta jornada del San Miguel Primavera Club con la necesidad de poner fin a un festival que ha vuelto a sumar puntos positivos en su casillero y sabiendo que íbamos a hacer novillos en su última jornada debido, en parte, a la acumulación de cansancio.

Hacia la media tarde el Neu! Club registró una gran entrada para presenciar el directo de los norteamericanos Yuck. Con gran acierto, presentaron un cancionero aún no publicado oficialmente en formato largo pero que tienen planeado hacer próximamente. Apoyados en los sonidos de las guitarras y la presencia de un estrafalario Daniel a la voz, despacharon varias canciones que sonarán como singles en un futuro próximo. Nos dejaron desconcertados, pues los sonidos lo-fi, alternativos e indies estaban teñidos con matices a Yo La Tengo, Dinosaur Jr. y Pavement, haciendo un cómputo general bastante apetecible. Por nuestra parte, que repitan en el festival barcelonés en primavera.

Yuck: jóvenes y sobradamente preparados

Acto seguido, quizá, otro de los conciertos del festival. Tras los triunfales Tweak Bird, los resultones Rubik y los divertidos The Rural Alberta Advantage el viernes, los estadounidenses Beach Fossils nos dejaron una sonrisa en la cara para el resto del sábado. El proyecto de Dustin Payseur (voz y guitarra), quien en un momento de la actuación tuvo problemas con su instrumento, lo desenchufó, se bajó de las tablas, se recorrió media sala, salió, entró y apareció de nuevo por la parte trasera del escenario con un nuevo cable en la mano, estuvo por encima de las expectativas previas. Acompañado de otros tres jovenzuelos que sobrepasaban por poco la veintena, se despacharon a gusto con gran parte del repertorio de su homónimo Beach Fossils (Captured Tracks, 2010) en un directo enérgico, rápido y preciso. El más inquieto, el diminuto bajista, comenzó bebiendo cerveza, siguió despojándose de sus zapatillas y sus calcetines, perdió la púa e incitó a sus compañeros a ‘liarla parda’. El cuarteto, tras ejecutar un buen show sobre las tablas, se lió a mamporros con el backline en un acto de rebeldía cual grupo punk de los años ’70 en un final desmedido que levantó vítores y comentarios por igual.

Beach Fossils terminaron a golpes con el backline

Nuestra única visita a la sala Rock Kitchen era obligada, pues el escocés Edwyn Collins haría acto de presencia sobre las tablas para presentar su disco Losing Sleep (Heavenly Records, 2010). Acompañado hasta el centro del escenario y ayudado por un bastón, se le vio muy afectado físicamente tras sufrir una hemorragia cerebral. El cantante, arropado por un banda compuesta, entre otros, por su hijo y Boz Boorer (The Polecats, Morrisey) a las guitarras y Paul Cook (Sex Pistols) a la batería, dio el pistoletazo de salida a su set con la canción que hace lo propio en su citado nuevo trabajo, ‘Losing Slee’. Interpretando otras como ‘What Is My Role?’, ‘In Your Eyes’ y ‘Do It Again’, alternando con composiciones de Orange Juice como ‘Falling And Laughing’ y ‘Rit It Up’ y de sus anteriores largos como ‘A Girl Like You’ (con la que cerró el concierto) y ‘Make Me Feel Again’. Sentado, en ocasiones se levantó para goce y deleite de un público que acudió en masa como si fuesen a presenciar una aparición religiosa sobre las tablas. Sin duda, sigue manteniendo su aura de galán y ese nosequé de estrella.

Edwyn Collins ofreció el concierto más emotivo del festival

El concierto de las británicas Smoke Fairies, el primero que vimos en el Círculo de Bellas Artes en nuestra última jornada del festival, no fue lo mejor del mismo. Condicionadas por un público que no iba a verlas sino a coger buen sitio de cara a la siguiente actuación y al constante ruido provocado por las conversaciones generales del respetable que esta vez no lo fue tanto, no pudieron hacer más de lo que hicieron. Nosotros, ante tales circunstancias, optamos por hacer lo correcto, salir a debatir sobre la vida y el festival en el hall del recinto para dejar disfrutar a los que quisieran de la presentación del nuevo disco de Katherine Blamire y Jessica Davies Through Low Light And Trees (V2/Cooperative Music, 2009).

Los supuestos cabezas de cartel del festival, los escoceses Teenage Fanclub, ejercieron como tales ofreciendo un gran directo. Liderados por un risueño Norman Blake, el quinteto metió la directa desde la inicial ‘Start Again’ hasta su celebrado intenso bis . Con canciones de su nuevo disco Shadows (PeMa/Merge Records, 2010) como ‘Sometimes I Don’t Need To Believe In Anything’, ‘Baby Lee’, ‘The Past’ y ‘When I Still Have Thee’, alternadas con otros de sus clásicos como ‘Don’t Look Back’, ‘The Concept’ (coreada por toda la sala al unísono), ‘Sparky’s Dream’ y ‘Mellow Doubt’, sacaron a relucir los galones que les sitúan como uno de los grupos que mejor llevan a la práctica el power pop tradicional.

Con Teenage Fanclub los clásicos nunca mueren

La última actuación en directo de la noche fue la de los gallegos Triángulo De Amor Bizarro, quienes tenían la difícil papeleta de mantener el nivel y las ganas de saltar que dejaron los Teenage. Pero la superaron y de qué manera, pues el renovado cuarteto liderado por Isa (bajo y voz) y Rodrigo (guitarra y voz) estuvo sublime de principio a fin. Con la sensación de victoria y haber hecho las cosas bien, abandonaron las tablas ante un intenso ruido dejando sus amplis conectados. Antes, gracias a canciones como ‘De La Monarquía A La Criptocracia’, ‘Amigos Del Género Humano’ y ‘El Radar Al Servicio De Los Magos’ (sonó intensa como pocas) de su nuevo disco Año Santo (Mushroom Pillow, 2010), junto con clásicos en sus conciertos como ‘El Himno De La Bala’, ‘¿Quiénes Son Los Curanderos?’ y el hit convertido en himno ‘El Crimen: Cómo Ocurre Cómo Remediarlo’ de su primer disco homónimo Triángulo De Amor Bizarro (Mushroom Pillow, 2007), siguieron haciendo historia. Si en el concierto de Tweak Bird en la sala El Sol hubo pogos, aquí hubo más intensidad si cabe, creando momentos bastante tensos en las primeras filas con gente cayendo sobre el escenario, empujones, pisotones e incluso algún tortazo. La intensidad sobre las tablas fue clave en la respuesta de un público que hizo temblar el suelo (literal) de manera desmesurada. Está claro que los Triángulo son grandes, mucho.

Ruido controlado a base de Triángulo De Amor Bizarro

El fin de fiesta estuvo marcado por los hits que pinchó DJ Coco ante los últimos valientes que nos quedamos en la ‘Sala de Columnas’ para poner fin a una noche memorable. Sin arriesgar, preparó una sesión con novedades (Kanye West), grupos que estarán en el festival primaveral (Pulp), otros que no pudieron estar el pasado año (Jane’s Addiction), canciones punk (Bad Religion), rockeras (Iggy Pop) y hasta alguna freakada máxima para quinceañeras (Kelly Clarkson). Echamos en falta algo más de variedad o dureza, vale, pero lo cierto es que puso todo patas arriba e hizo saltar hasta al más escéptico. Fundamental para los finales de fiesta el DJ barcelonés.

[Texto]: Alfredo Rodríguez
[Fotografías]: Alfredo Rodríguez