La primera jornada de la segunda edición del macro-evento Mad Cool Festival tenía todas las papeletas para ser un auténtico éxito porque estaban las entradas y los abonos agotados desde hace meses pero las lluvias torrenciales durante todo el día y las tormentas eléctricas presagiaban lo peor. Había nervios entre los asistentes ante la posibilidad de cambios en la programación e incluso una posible cancelación de actuaciones, pero nada pasó finalmente, todo lo contrario, el agua dejó de caer a media tarde y todo salió (casi) a la perfección. Después de una serie de contratiempos (atascos, aglomeraciones en los accesos, etc.) conseguimos llegar a tiempo para ver a los norteamericanos The Lumineers en el escenario principal. Su show se retrasó debido a la lluvia caída sobre el escenario que los técnicos y operarios secaron como buenamente pudieron, echo que hizo que únicamente tocasen unos treinta minutos, como mucho. Y bueno, suficiente tras tocar su hit ‘Ho Hey’ el público quedó satisfecho, más que nada porque no tienen mucho más que ofrecer. Seguidamente, estos sí a su hora prevista de actuación, irrumpieron sobre las tablas los ingleses Foals. Con una gran selección de canciones de sus cuatro álbumes (‘Mountain At My Gates’, ‘My Number’, ‘Spanish Sahara’, ‘Inhaler’ y ‘Whant Went Down’, entre otras), el grupo liderado por Yannis Philippakis ofreció un gran concierto de principio a fin pero no terminó de conectar con el respetable. Quizá por la hora tan temprana de su actuación, quizá por las lluvias caídas durante la jornada que dejaron empapados a muchos de los presentes, pero los de Oxford no brillaron como en anteriores visitas a nuestro país. Una pena, porque es uno de esos directos que si eres capaz de disfrutar quieres repetir una y otra vez.
Nada que ver con el sexteto de Seattle, Foo Fighters, quienes fueron los grandes protagonistas de la jornada y ofrecieron un concierto memorable, a pesar de los comentarios de unos y de otros. Dave Grohl ejerció de cabeza de cartel por encima de todo y de todos, gracias a su entrega, espontaneidad y lucha de rock que le posee desde hace media vida, casi rondando los cincuenta. Durante casi dos horas y media supieron apoderarse de un recinto donde los charcos hicieron mella entre muchos de los presentes pero que no fueron problema para disfrutar de un concierto de puro rock and roll de principio a fin. Con las pantallas apagadas por precaución, en teoría debido a la cantidad de agua caída en las horas previas a su actuación, los norteamericanos no necesitaron artificio alguno para mostrar y demostrar que son un grupo de masas, causando fervor entre un público que cantó y saltó hasta la extenuación, sobre todo en las primeras filas. Desde su explosivo inicio con ‘Everlong’ hasta su emotiva despedida con ‘Best Of You’ equilibraron un cancionero a la altura, aunque seguro que no contentó a muchos por las subidas y bajadas, pero la primera parte fue sencillamente perfecta. Grohl hizo de Grohl en estado puro y compaginó su ego rockero con el de sus compañeros, que aunque ejercieron de eso mismo brillaron cada uno en lo suyo. Taylor Hawkins aporreó de lo lindo sus baquetas, incluso mostrando sus dotes vocales en varias ocasiones. Mención especial para “el chico nuevo”, Rami Jaffee a los teclados, quien en su papel de gregario de lujo cumplió con nota, incluso comiendo palomitas en directo. Su nuevo single ‘Run’ hizo vibrar a los presentes, poniéndonos los dientes largos ante la salida de su esperado nuevo disco Concrete and Gold (RCA, 2017) el próximo mes de septiembre, pero caló entre el público como lo hizo la lluvia anteriormente. Seis años después de actuar por última vez en nuestro país, su regreso a la península estuvo a la altura de las circunstancias, dejándonos plenamente satisfechos y deseando que no tarden tanto en volver a la capital.
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[Texto]: Alfredo Rodríguez y Araceli Rodríguez
[Fotografías]: Alfredo Rodríguez