Ebrovisión 2016 [crónica]

[Ebrovisión @ Miranda de Ebro (Burgos). 01/02/03.09.2016]

Ebrovisión

Primera jornada – Viernes 2 de septiembre

Todo hacía presagiar que nos encontraríamos con una jornada, la del viernes, típicamente festivalera: buena música, buen sonido, mucho calor y “buen rollito”; cuando Fuel Fandango hacía votar al personal con su mezcla de ritmos. Gran concierto y gran comienzo en el escenario principal a pesar del calor. Pero después de esa descarga de sonido y talento, Quique González aburrió al público, por lo menos a mí y a alguno más que decidimos salir de la sauna y pasarnos por la carpa de los Djs; lo siento Quique, no somos fans. Allí en la carpa, un solo objetivo: ¡danzad malditos Movimiento de cabeza y musicón sin pretensiones, todo un acierto. Dicen que las expectativas no son buenas compañeras, pues eso pasó con Belako, que no consiguieron transmitir todo lo que estos chicos tienen de sobra: sonido contundente y ganas de hacerlo bien, cosa que solo lograron en un par de canciones, otra vez será… Para entonces, se acercaba uno de los grandes momentos de la noche: cuando Nic Offer de !!! (chk, chk, chk) se podría convertir perfectamente en el líder de tu banda que hasta estando en la Sinfónica del Convento de las Carmelitas te haría bailar. Conciertazo de la banda de Sacramento, con un sonido depurado y muy bailable, acompañado de la mejor voz que escuchamos esa noche, Shannon Funchess: WE LOVE YOU! Y cerraron la primera jornada Grises: buen concierto y quizás en mejor juego de luces que vimos en la noche, que hacía que cada tema subiera un peldaño, con una estética que me recordaba por momentos a New Order, van por buen camino. Para acabar la noche, últimos bailoteos en la carpa y sensación de que la primera jornada había sido completita; a hacer cola en la parada del bus y mañana más.

Segunda jornada – Sábado 3 de septiembre

«Cómo pasarlo bien en un festival, sin apenas pasar por el escenario principal”. Eso es lo que nos sucedió en la segunda jornada del Ebrovisión, tenía ganas de comprobar si era cierto y podíamos pasar la mayor parte del sábado entre conciertos en las salas, conciertos por el centro de la ciudad, degustaciones de comida y actividades varias. Las primeras cervezas no se hicieron esperar pasadas las doce de la mañana y después del calor que pasamos en la zona de acampada, tocaba refrescarse y buscar una sombra, con lo que nos dirigimos a la Fábrica de Tornillos (mala elección en ese sentido: chiquito calufo! que diría alguno). Allí,  Juventud Juché espabiló a todo el personal con un sonido potente y directo a la sien, para dar paso a Novedades Carminha, los cuales hicieron desperezar al personal a base de ritmos “a veces rápido, a veces lento, a veces rápido, rápido, lento”. Buenos conciertos con un calor más que agobiante  que dejaron seguramente por el suelo más tornillos de los que había al principio. Comenzamos a caminar hacia el centro con los sonidos de Joy Division a lo lejos, para comprobar que efectivamente la ciudad se vuelca con el festival: música y djs en los bares, en las terrazas, en las plazas, paella por allí, marmitaco por allá, concierto-espectáculo  como siempre divertido de L-Kan en la parte antigua, risas, sol, calor, cerveza fría… ¡Y no eran ni las cinco de la tarde! Y todo hasta el momento gratis. Después de escuchar un rato a Hidrogenesse (como creo ellos mismo dicen en una de sus canciones «me gustaban más los primeros») y tomarnos un digestivo, o dos, o tres… en una de las plazas más concurridas, nos dimos cuenta que se estaba haciendo de noche y que había que ir hacia el escenario principal, cosa que a esas alturas poco importaba. El festival ya era nuestro, habíamos bailado, cantado, botado, sudado, reído, bebido, comido… Además, al ser un festival no muy grande, todas las personas que vas conociendo a lo largo de dos jornadas van apareciendo como personajes de una película: las vecinas del camping, la chica unicornio de anoche, las cristianas rockeras del bus…. risas y muy buen rollo hasta el final. A esas horas de sábado noche, por lo menos para mí, no se me había perdido casi nada en el escenario principal, a excepción de una: WAS; grandes como siempre, con un gran sonido y puesta en escena, pusieron la guinda perfecta con un gran concierto y con un gran final (’On The Floor’ con amiguitos incluidos sobre el escenario). Antes pasaron por allí La M.O.D.A. (yo soy más de la modé), Tahití 80 (sonaban bien pero no nos hicieron vibrar) e Izal (como paso con Quique González, lo siento no soy fan). ¡Ebromisión cumplida!

[Texto]: Álvaro Vaquero Bernal
[Fotografías]: David Pérez-Cejuela