Dos años y un paso de gigante separan el primer EP de Santa Rita de High On The Seas (Aloud Music, 2013), su debut en largo, un trabajo crudo y directo, a ratos amigable pero casi siempre envenenado. Envenenado por la traicionera lírica de Cecilia, por unas guitarras que no hacen amigos y por unas canciones que huyen del estribillo facilón en busca de la puñalada trapera. High On The Seas tiene sus raíces en los noventa y las referencias vocales femeninas que vienen a la cabeza son obvias pero eso no quita que estas nueve canciones, pasadas por el inconfundible filtro de Santi García en la producción, suenen originales y con personalidad. Es un disco sobrevolado por nubarrones que dejan entrar la luz en contadas ocasiones, tan solo en esa efectista y directa ‘Fidji’ y en la conciliadora ‘Cantábrico’, y que llenan de oscuridad todo lo demás. Guitarras rasgadas en ‘Necochea’, una línea de bajo casi matemática en ‘Baltico’, densidad en ‘Cap De Creus’, una ritmo machacón en ‘Adriático’ o unos coros hipnóticos en ‘Pacífico’ hacen que termines el disco con la sensación de que Santa Rita te han estado zarandeando durante media hora y lo han hecho de una manera tan sutil que no te has dado ni cuenta. Tienen pegada y potencia, sus canciones son pegadizas sin casi pretenderlo y, lo mejor de todo, están destinadas a seguir creciendo porque parece que el viaje no ha hecho más que empezar. De momento arrancan con un disco que es muy cabrón y eso no puede ser malo.
[Texto]: Iván Díaz