DCode Festival 2011 [crónica]

[DCode Festival @ Universidad Complutense. Madrid. 24/25.06.2011]

Viernes 24 [primera jornada]

La primera edición del nuevo festival madrileño DCode certificó un hecho, el calor que asola la capital a finales de junio y la escasa asistencia de público. Puede que tuviese que ver la coincidencia con el vitoriano Azkena Rock Festival, el concierto de Avenged Sevenfold en el Palacio de Vistalegre, el precio de la entrada o el poco tirón del cartel, quién sabe, pero lo cierto es que las previsiones dejaron a la mitad un recinto que, además, carece de sombras y fuentes, elementos básicos en un evento veraniego. Finiquitado el primer día, nos quedamos con los siguientes nombres: Band Of Horses, Eels y Toundra.

El quinteto de Seattle (USA) liderado por Ben Bridwell, quien comenzó su directo sentado frente a su pedal steel, brilló con luz propia ante una audiencia que se mostró entusiasta durante su hora de actuación. Con un sonido titubeante, el técnico ajustó los niveles y gracias a ello disfrutamos de unas brillantes ‘Compliments’, ‘Laredo’ y ‘Factory’, entre otras, aderezando su delicada música con una puesta en escena maquillada por unas trabajadas proyecciones. Nos atrevemos a decir que el directo de Band Of Horses fue el mejor de la primera jornada, pues su show fue de esos que ponen los pelos de punta quieras o no.

Ben Bridwell, con su pedal steel, ante una majestuosa proyección

Previamente, en el mismo escenario, Mark Oliver Everett, al frente de su grupo Eels, puso las cosas en su sitio ante tanta chavalería en edad púber. El barbudo cantante y guitarra, acompañado de una banda donde las gafas de sol y las espesas y largas barbas parecen condición obligada para pertenecer a la misma, dieron un notable concierto en sus 60 minutos sobre las tablas. Aún con su libro biográfico Cosas Que Los Nietos Deberían Saber (Blackie Books, 2009) como carta de presentación, dejó de lado su parte literaria para repasar su cancionero: ‘Novocaine For The Soul’, ‘Flyswatter’, ‘Saturday Morning’ y ‘I Like Birds’ sonaron en su set. Su sección de vientos, de espaldas cuando no tocaban, pusieron un toque soul a un directo repleto de intensidad. Nuestro otro grupo cabecera fueron los locales Toundra, quienes con un calor que sobrepasó los 30 grados y unos centenares de chicas que se agolparon contra la valla de seguridad, facturaron un sobresaliente directo. Una vez más, el cuarteto dio lo mejor de sí intercalando canciones de sus dos referencias largas y haciendo que las notas de su música atrapasen hasta al más escéptico del lugar. Directos, compactos y seguros de sí mismo, desvirgaron un festival formado, en su mayoría, por jóvenes que esperaban impacientes a sus ídolos de masas, All Time Low, Sum 41 y My Chemical Romance. Los primeros se quedaron perdidos de camino al festival, actuando por la noche en el escenario pequeño en formato acústico ante una audiencia totalmente entregada. Este hecho favoreció a los madrileños Autumn Comets, quienes cambiaron de ubicación su directo y lograron, con total seguridad, algún fan con su directo en uno de los escenarios grandes gracias a las canciones de su primer largo A Perfect Trampoline Jump (Cuac Música, 2010) y a su habitual versión del ‘Paper Planes’ de M.I.A. que adaptaron a su estilo. Los segundos, Sum 41, llegaban con el punto a favor de haber llenado hace unos meses el Palacio de Vistalegre, si bien, no estuvieron a la altura. Sus típicos gestos, saltos y movimientos llenaron las tablas, pero la música de los canadienses nada nos dijo. Si acaso sus riffs de Iron Maiden y su cover de Metallica hacia el final de su directo salvó su repertorio, pero su presencia fue casi insignificante.

My Chemical Romance, mucho ruido y pocas nueces

Los terceros en discordia, My Chemical Romance, ejercieron de cabeza de cartel pero fueron una caricatura de ellos mismos. Su líder Gerard Way, con su pelo coloreado en tono rojizo, se las prometía muy contento comenzando con el primer single de su último disco largo, pero a medida que pasaban los minutos fue cavando su propia tumba. Lanzando besos continuamente y tirándose por los suelos en más de una ocasión, los estadounidenses eligieron mal un setlist que se hizo largo y aburrido por partes iguales.

Para terminar nos hacemos eco del trío Nothink, quienes dejaron el listón alto con su directo repleto de un rock & roll explosivo que levantó vítores y aplausos por igual, unos The New Raemon que a pesar de luchar contra el calor que desafinaba la guitarra de Ramón brillaron con una renovada banda en directo, los festivos Foster The People que invitaron a saltar y bailar a todos los presentes con su alegre propuesta y los desconocidos The Low Anthem, quienes con sus cuidadas melodías folk mostraron su música de manera más que aceptable.

Sábado 25 [segunda jornada]

La segunda jornada del festival madrileño DCode aumentó su media de edad hacia la veintena, pero no dejó de ser otro aguerrido público, este de los sonidos indies más actuales. Si en la jornada inaugural la palma se la llevaron, a nuestro parecer, Band Of Horses, Eels y Toundra, en la de clausura el podium lo ocuparon Kasabian, The Hives y The Vaccines.

Los de Leicester (Reino Unido) ejercieron su papel de cabeza de cartel y pusieron el recinto de Cantarranas patas arriba. El líder de Kasabian, Tom Meighan, salió a por todas con su nuevo look a lo Liam Gallagher, esto es, pelo british, gafas de sol con cristales redondos, chupa vaquera y en ocasiones, manos a la espalda. Se les notaba cargados y con ganas, pues desde las iniciales ‘Club Foot’, ‘Underdog’ y ‘Shoot The Runner’ dieron muestra de un poderío sobre las tablas que nos dejó boquiabiertos, dudando de si son ellos o Arctic Monkeys la banda inglesa del momento. Con alguna canción de su inminente cuarto largo, un seductor ‘Fast Fuse’ aderezado por la griega ‘Misirlou’ y la final ‘Fire’, salieron victoriosos en su directo madrileño.

Tom Meighan, cantante de Kasabian, durante su actuación

Pero que no se despisten los ingleses, porque los suecos The Hives estuvieron a punto de merendarse su trozo de pastel. El quinteto, encabezado por el hiperactivo Pelle Almqvist dio muestras de que no tienen abuela repitiendo una y otra vez que son “la mejor banda de rock & roll del mundo” en un castellano divertido y eficaz. Con el mismo show de los últimos años, respaldados por unas letras tamaño gigante con el nombre del grupo, los de Fagersta tiraron de su repertorio habitual con canciones como ‘Main Offender’, ‘Die Allright’, ‘Walk Idiot Walk’, las centrales ‘Try It Again’, ‘A Get Together’ y la traca final en el bis con ‘Hate To Say I Told You So’. Pero poco parecieron importar las canciones, pues lo verdaderamente importante fue su rock & roll y las ganas de pasarlo bien por parte de grupo y público. Los terceros triunfadores en discordia fueron los cuatro londinenses The Vaccines, el grupo del momento en las islas británicas, quienes presentaron su único trabajo hasta la fecha, el contagioso What Did You Expect From The Vaccines? (Columbia Records, 2011). Interpretando su citado largo al completo, cortes como ‘If You Wanna’,  ‘Wreckin’ Bar’ y ‘Norgaard’ hicieron saltar a los jóvenes que se agolpaban frente al escenario y lucían orgullosos sus camisetas y sombreros, ellos y sus vestidos florales y sandalias, ellas. Todos contentos, ingleses y respetable, dejaron claro que arrasan allá por donde pasan sin necesidad de apretar el acelerador.

Pelle Almqvist manejó al público a su antojo

En el lado opuesto tenemos a los mancunianos The Tin Tings, la bella Katie White y el “chico para todo” Jules de Martino, quienes fueron una caricatura de si mismos. Con su único largo We Started Nothing (Columbia, 2008) dando sus últimos coletazos, presentaron algunas de sus nuevas composiciones y le dieron al botón del play durante la mayor parte de su directo. Cortes grabados, samplers y registros que se repetían una y otra vez cual Traktor DJ echando humo, buena parte de su directo pareció una rave a altas horas de la madrugada. Insustanciales. Más o menos lo mismo les pasó a los suecos The Sounds, quienes tienen en la explosiva Maja Ivarsson un diamante en bruto. Poco ofrecieron musicalmente, pues tiraron de su repertorio habitual ante una entregada audiencia que se lo dio todo hecho, no les hizo falta ponerse en materia. La rubia vocalista lució piernas como siempre, escupió, fumó, lanzó el micrófono por los aires y sedujo a chicos y a chicas con sus obscenos gestos, pero nada más. Mucho ruido y ninguna nuez, vaya. Poco más o menos como Crystal Castles, quienes a la cuarta canción provocaron nuestra estampida como si de un incendio se tratase. La pareja de Toronto, trío en directo, sorprenden la primera vez que les ves, pero las siguientes se quedan en un quiero y no puedo. Todo lo explosivo vivido en noviembre del pasado año en Madrid, esta vez nos dejó indiferentes. Con Alice Glass en su papel de chica mala, sus chillidos fueron los principales protagonistas para alentar a unas masas con ganas de fiesta. Y es que a pesar de soltar de primeras ‘Untrust Us’ y ‘Baptism’, fue lo de siempre.

The Tin Tings: versión discoteca 'mode on'

En el bloque de tarde destacamos al dúo Blood Red Shoes, efectivos, rockeros y convincentes como siempre gracias a su potente directo, los madrugadores Polock que lucharon contra un calor de justicia, nuestros amados Mucho que merecieron más aplausos y Havalina, sublimes una vez más, que tocaron en una reducida carpa y que deberían haberlo hecho en el escenario principal ocupando el puesto de los monótonos Manel. Con errores por solucionar, esperamos que el debutante festival se quede en la capital y nos seduzca con un fin de semana repleto de música y diversión en años venideros.

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[Texto y fotografías]: Alfredo Rodríguez