[The Pains Of Being Pure At Heart @ Joy Eslava. Madrid. 09.01.2012]
[Promotor: Houston Party Music]
Cualquier seguidor del shoegaze conoce a los neoyorkinos The Pains Of Being Pure At Heart. También quienes acuden a los típicos festivales veraniegos, pues el quinteto formado por Kip Berman (voz y guitarra), Christoph Hochheim (guitarra), Alex Naidus (bajo), Kurt Feldman (batería) y Peggy Wang (teclado y voz) ha paseado su directo por citas españolas como el Primavera Sound, Jazzaldia, Contempopránea, Sonorama, Salinas Pop, Día de la Música, Low Cost, Santander Music y alguno que quizá se nos escape. Pero no es motivo para dejar de verles, pues aunque las malas lenguas aseguran que sus directos son flojos, nada más lejos de la realidad. Tras su show en la sala Joy Eslava, donde presentaron su reciente segundo largo Belong (Slumberland/Play It Again Sam, 2011), afianzaron su imagen y demostraron que ganan enteros en cada gira por nuestro país.
Y es que desde desde el pistoletazo de salida con ‘Belong’, corte que abre su citado nuevo trabajo, hasta el cierre con ‘Strange’, que hace lo propio en la misma referencia, supieron aprovechar al máximo su tiempo sobre las tablas. En su repertorio cupo todo, desde los sonidos luminosos del brit pop más accesible, pasando por la oscuridad de formaciones como The Jesus and Mary Chain y My Bloody Valentine, con quien suelen ser comparados. Pero aún hubo más, ese regusto edulcorado a The Smiths, The Cure e incluso Teenage Fanclub, siempre gracias a unas estremecedoras guitarras, pero también a un conciso teclado y unas estructuras que se incrustan en la base de cerebro quieras o no.
Canciones fáciles, seguramente, pero con las que el público que abarrotó la sala no dudó en saltar y corear. Y es que aunque cortes como ‘Heart In Your Heartbreak’, ‘Come Saturday’, ‘Everything With You’ y ‘Contender’ puedan parecer similares, no lo fueron, pues cada una supuso un momento clave en el transcurso del directo. Tan solo su poca conexión con el respetable frenó su triunfo total, pero cuando la música habla por sí sola, no es necesario más.
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[Fotografías]: Alfredo Rodríguez