Standstill @ Círculo de Bellas Artes. Madrid. 22.05.2012

[Standstill @ Círculo de Bellas Artes. Madrid. 22.05.2012]
[Promotor: Buenritmo]

Es casi imposible saber con exactitud el número de veces que hemos visto a los catalanes Standstill en directo, aunque nos atrevemos a decir un número, por lo menos una veintena, sin exagerar. Echando la vista atrás, por ejemplo, en el festival madrileño FestiMad hace nueve años en un concierto rápido y conciso y un año más tarde en el «escenario Eastpak/BCore» junto a compañeros de sello como G.A.S. Drummers, Half Foot Outside y Madee. Hasta en tres ocasiones al siguiente: en la mítica y desaparecida sala Swell de Leganés (Madrid) en uno de los conciertos más abarrotados, calurosos y locos que recordamos, en el desaparecido festival Metro Rock ante una escasa audiencia debido al abrasador calor que les cegaba al darles de frente mientras desplegaban todo su potencial y en el 15 aniversario de su entonces sello, el citado BCore, junto a Nueva Vulcano, Sibyl Vane y The Linn Youki Project en la renombrada sala Arena, hasta hace unos meses patrocinada por una marca de cerveza. Y así podemos seguir con las «fiestas demoscópicas» de Mondosonoro en la sala El Sol, el toledano Línea Festival, directos en Joy Eslava, el abulense Ecopop, el madrileño Primavera Club, el barcelonés Primavera Sound, Día de la Música en la capital, el burgalés Sonorama, el Kafe Antzokia de Bilbao y alguno más que se nos queda en el tintero. Como decíamos, seguro que una veintena de veces.

Con todo y con eso, también visualizamos el cortometraje Memories Collector (2002), el largometraje documental Diez Años y Una Zanahoria (BCore, 2007), el espectáculo ‘1, 2, 3’ en la Cása de América de Madrid y escuchamos y disfrutamos hasta la extenuación sus cuatro discos largos y tres EP’s el último y más reciente el excepcional Adelante Bonaparte (Buena Suerte/[PIAS] Spain, 2010). Por si fuese poco, su espectáculo ‘Rooom’ nos hizo soñar despiertos en el Auditori del Parc del Fòrum dentro del festival barcelonés Primavera Sound y en el Teatro Fernando de Rojas del madrileño Círculo de Bellas Artes, adonde teníamos la necesidad de volver nuevamente para vivir, por última vez en la capital, un show único, mágico e incomparable.

Sobre las tablas ellos, Enric Montefusco (voz, guitarra, teclados), Piti Elvira (guitarra, percusión y voz), Ricky Falkner (bajo, teclados y voz), Ricky Lavado (batería) y Víctor Valiente (guitarra y teclados), conocedores de su papel durante el minutaje del show y ofreciendo un intenso recital de música, imágenes, luz y sentimientos. Y es que por muchas alabanzas y explicaciones que puedan darse sobre su concierto podemos asegurar que no llegaremos ni a la mitad de lo vivido. Hace tiempo sabemos que no son un grupo convencional, al uso, que componen un disco, graban, giran y vuelta a empezar. Con cada lanzamiento exprimen al máximo las necesidades del mismo, logrando crear un vínculo con el oyente que nadie en este país es capaz de llevar a cabo, por mucho que se esfuercen. Porque si antes eran catalogados como un grupo de post-hardcore o rock alternativo, ahora muchos les meten en el saco del indie, haciendo que quieres ahora les adoran y veneran quizá no sepan que sus ídolos antes no dejaban títere con cabeza con unas composiciones que ríanse de grupos del otro lado del charco con los que tanto vacilamos por estas tierras. Ahora, haciendo de la música algo más que un arte, exploran cada nota, cada palabra y cada sentimiento hasta crear un punto de atención sobresaliente. Los momentos más delicados (‘Cuando Ella Toca El Piano’ y ‘Ayer Soñé Contigo’) se fusionaron a la perfección con otros más «agresivos» (‘La Familia Inventada’ y ‘Moriréis Todos Los Jóvenes’), creando unas atmósferas que no fueron interrumpidas en un solo instante por un respetuoso público que, atónito desde sus butacas, nos sentíamos privilegiados de ver tal espectáculo. Con un importante papel, las imágenes se sucedieron, aderezando una cuidada música estudiada al detalle e interpretada con la delicadeza y dulzura que mereció el momento. Ahora tienen que parar, comenzar y volver a regalarnos algo mágico, único e indescriptible como solo ellos saben hacer.

[Texto]: Alfredo Rodríguez
[Fotografías]: Archivo