Cass McCombs @ Teatro Lara. Madrid. 20.01.2014

[Cass McCombs @ Teatro Lara. Madrid. 20.01.2014]
[Promotor: enGIRa]

Cass McCombs
Cass McCombs

Como un cowboy del Bronx, enfundado en una amplia camisa bordada al estilo country, anchos vaqueros y vans, McCombs salió al escenario profiriendo un tímido: “Hi, what’s up”, que hizo las risas de algunos de los presentes. Su falta de interacción con el público pronto se vio olvidada por lo melódica y desgarradora, a partes iguales, que suena la voz del norteamericano. Flanqueado por un superdotado batería (Daniel Allaire) y un guitarra (Daniel Lead) y bajo (Jon Shaw) que le siguen en ritmo e intensidad, el cantante y compositor pasaría a ocupar un segundo o tercer plano en el grupo si no fuese porque transmite una omnipresencia sobrenatural sobre el escenario.

Lo cierto es que su banda dista de cualquier otra del panorama ‘indie’ del momento (y de casi cualquier otro género): No se esfuerzan por ser cool ni por mostrar una imagen similar entre sí, aunque todos ellos bien podrían estar sacados de un coro de orquesta o de un capítulo de Friends. Quizá la notable individualidad de sus componentes sea lo que haga que McCombs funcione y que, fuera de esta combinación visual, únicamente prevalezca lo musical.

La gran diferencia entre su album y su directo es que si en el primero McCombs tiene la capacidad de entrar en nuestra habitación y casi en nuestra memoria, en lo segundo, él y su banda exhiben tal virtuosidad en escena que uno olvida dónde se encuentra exactamente; las guitarras (tanto de McCombs como de Lead), suenan majestuosas y la batería, feroz, realzada por un bajo muy eléctrico (cuyo bajista hace además maravillosamente los coros con McCombs). La apertura con ‘There Can Be Only One’, deja paso a ‘Name Writen In The Water’ (ambas pertenecientes a su último disco, Big Wheel and Others, 2013, Domino) y ‘Love Thine Enemy’ (de su anterior trabajo, Humor Risk, 2011).

Mientras enfunda su acústica y vuelve a la guitarra eléctrica, su voz adopta un tono conversacional y su single resuena en tercer lugar. A pesar de la nitidez del sonido de la banda al completo, en un comienzo Cass tiene que luchar por hacerse oír (debido al volumen de su micro demasiado bajo) y ver en escena. Aunque, como iremos descubriendo, éste es un concierto en el que el McCombs sirve de conductor y líder espiritual mientras que el resto se ocupan de acompañar la poesía urbana del de Concord.

Por momentos, la alternancia de canciones de diferentes etapas y ritmos hace que el cuidado espectáculo pierda intensidad. Sin embargo, momentos tan solemnes como ‘My Sister, My Spouse’ (Catacombs, 2009), a la que precedió la cálida ‘Angel Blood’, hacen que precisamente las diferencias acentúen los matices en la música de este trotamundos. Su paso por Inglaterra, Nueva York, Chicago, San Francisco y otros rincones de la geografía americana hacen que sus composiciones rebosen de sonidos folk, rock, blues, con reminiscencias a los 90 y una muy marcada esencia americana (concretamente de la West Coast). Esto bien se refleja en su último trabajo, al que no tiene reparo en acudir de forma obvia pero diseminada, haciendo lo propio con varios temas de obligación, como ‘Dreams-Come-True-Girl’ (Catacombs, 2009) o ‘Lionkiller’ (Dropping The Writ, 2007).

Una vez superada la prueba de fuego, el cuarteto no dudó en alardear de su capacidad de improvisación cuando los falsetes de sus guitarras se coordinaron con la percusión de la incansable batería para asaltar los temas de ‘What Isn’t Nature’ (A, 2003), ‘Your Mother and Father’ (Not The Way, 2003) y ‘Home On The Range’ (2013), posteriormente. Una vez calibrado el punto débil del público, la banda se dispuso a terminar la velada con ‘Sacred Heart’ (extraída de su álbum Prefection, 2005), seguida de la vitoreada ‘That’s That’ (2008), donde McCombs convenció como compositor y voz cantante, para rematar luego con ‘County Line’ (Wit’s End, 2011), único bis de la noche. “I will be good when I’m gone”, tarareaba el californiano poco antes de marcharse, como dejando claro que, por mucho que le quieran quitar el puesto, él ha venido para quedarse.

[Texto]: Silvia Suárez