Viva Belgrado llenan de energía el ciclo «Madrid Brillante».
· El cuarteto cordobés ofreció un gran concierto en el Teatro La Latina.
Cada concierto que vivimos en tiempo de pandemia es un logro, una salida, una escapada hacia un mundo mejor en el que los directos lo son todo para muchas personas. Y el ofrecido por los cordobeses Viva Belgrado en el Teatro La Latina de la capital dentro del ciclo “Madrid Brillante” no ha sido una excepción. Acostumbrados a la música en vivo, experimentar noches irrepetibles en salas de conciertos es algo que para muchos es una cosa impensable pero, para otros, necesaria. Por eso, el intenso espectáculo ofrecido por el cuarteto formado por Cándido Gálvez (voz y guitarra), Pedro Ruiz (guitarra), Ángel Madueño (bajo) y Álvaro Moreno (batería) ratifica que la música en directo, además de ser totalmente segura debido a todas las medidas implementadas para evitar contagios, es indispensable en nuestras vidas. Con su nuevo disco Bellavista (Aloud Music, 2020) los andaluces no sólo se han posicionado un escalón por encima de su anterior propuesta, sino que han convencido a otro tipo de público que no tenían con su aguerrido sonido en el pasado. Y es que ahora, además de su intensidad, han ganado en melodías, aportando unas letras más directas, claras e incluso pegadizas, creciendo sus seguidores notablemente. Sobre las tablas, Cándido entonó las primeras estrofas de su cancionero con los tres primeros cortes incluidos en su citado nuevo LP, esto es, ‘Una Soga’, ‘Bellavista’ y ‘Cerecita Blues’, demostrando que su apuesta por las nuevas canciones es máxima y han encajado a la perfección el cambio en su sonido. Con Pedro casi estático sobre el escenario, Ángel de espaldas a los presentes y moviéndose intensamente en repetidas ocasiones y Álvaro aportando una buena pegada con su set de batería, el recital sirvió para exhibir su gran estado de forma a pesar de la parada sufrida en este duro año. El público permaneció totalmente atento, callado e inamovible en sus butacas, gesto que agradeció sorprendido el vocalista en los instantes finales del show, pero es la única manera de poder controlar los impulsos por una intensa propuesta sobre el escenario que no pudo ser disfrutada con intensidad desde la platea ni en las partes superiores del teatro como debería hacerse en condiciones normales. Pero es evidente que los tiempos mandan y los asistentes cumplen a rajatabla con lo estipulado, bien por todos. Hubo momentos destacables varios como las palmas en ‘Un Collar’, el fraseo en modo pausado en ‘Por La Mañana, Temprano’ y la emotividad en ‘¿Qué Hay Detrás de la Ventana?’ con la que finiquitaron el show, pero lo cierto es que todos y cada uno de los segundos vividos se convierten en instantes únicos que recordaremos de distintas maneras cuando todo esto vuelva a la normalidad. Y entonces, seguro, podremos cantar, saltar y vivir como antes lo hacíamos.
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Texto: Alfredo Rodríguez
Fotografías: Alfredo Rodríguez