Natos y Waor ratifican su reinado llenando otra vez el WiZink Center
· La dupla formada por Gonzalo y Fernando brilla en la capital agotando entradas
Los propios Gonzalo y Fernando cantan en el tema ‘Cicatrices’ incluido en su LP de mismo título Cicatrices (2018) lo siguiente: “dicen que desde el 2011 no hay quien nos alcance”. Y están en lo cierto, porque la dupla no para de ascender en la siempre complicada escena musical con sus crudas rimas y nadie los hace sombra. Anoche llenaron otra vez el popular recinto madrileño WiZink Center por segunda vez en unos meses y antes de colgar nuevamente el cartel de “entradas agotadas” en otoño del año que viene. Tres noches presentando su nuevo disco Luna Llena (2022), tres conciertos en una misma gira de un artista de rap, hip hop, urbano o como quieran catalogar su propuesta. No hay nadie que los alcance, pero tampoco nadie que los iguale. Porque los capitalinos han logrado en poco más de una década, lo que otros no logran en una carrera musical de fondo.
En su segundo round en el barrio de Goya se respaldaron por su inseparable compañero a los platos, DJ Saik, pero también por un buen puñado de amigos, colegas y colaboradores como Recycled J, Fernandosta, Denom, Delaossa y Al Safir, entre otros, aunque también se echó en falta a Miguel Campello, Zatu y Maka que sonaron de fondo mientras interpretaban las correspondientes canciones. Cuestiones de agenda y disponibilidad, suponemos, pero también echamos de menos alguna presencia femenina entre tanto hombre con testosterona. Aun así, el plantel de hermanos de rimas subió la temperatura en una noche donde el fuego y el humo se mezclaron a la perfección con las luces y los visuales que añadieron su parte de espectáculo a uno de los directos más trabajados y logrados de la escena.
Irrumpieron en escena con el single ‘Rumba’ que abre su citado nuevo álbum con una fuerza y un derroche de energía tremendo, a pesar de haber llevado su explosivo directo dos noches antes hasta el festival valenciano Festardor y la jornada previa hasta el cacereño Extremúsika, sin que el cansancio hiciese mella en su show. Todo lo contrario, Cidre e Hisado parecieron dos potros desbocados de lado a lado de la tarima, arengando a sus seguidores que completaron el recinto de hormigón meses después de su primer concierto este año en el mismo espacio. A partir de ese instante, una sucesión de temas durante dos horas en las que intercalaron nuevas composiciones (‘Septiembre’, ‘Hasta Que Salga El Sol’, ‘Vale Tudo’…) con temas clásicos de sus anteriores LP’s (‘RocknRollas’, ‘Cicatrices’, ‘Bicho Raro’, ‘Generación Perdida’…), pero siempre respaldados por sus seguidores haciendo de la velada un karaoke continuo.
Con una estabilidad que hace de cada lanzamiento un acontecimiento en la escena, estos magnates de las rimas siguen haciendo historia desde la independencia, sin escuchar cantos de sirena de las discográficas multinacionales y labrando una carrera sólida, convincente y sobre todo sincera, desde su posición de chicos macarras de barrio, que hablan de muchas cosas, pero sobre todo se hacen querer por miles de seguidores en todos los rincones de la península. Una noche inolvidable en la que agradecieron la presencia a sus familiares y amigos, cantaron sobre crisis, amor, sexo, drogas y alcohol, haciendo gala de esa generación perdida en barrios como el de Aluche hasta Carabanchel de su compadre Recycled J, quien irrumpió en escena en varias ocasiones para convertirse en ese inquieto trío que es Hijos de la Ruina. Todo terminó como si de una rave techno se tratase, con los presentes vociferando ‘Cocaína’ en una noche que augura el final de gira agendado para el año que viene. Y después, ¿tocará llenar un Estadio?
Texto: Alfredo Rodríguez
Fotografías: Alfredo Rodríguez