Aimee Mann ‘Charmer’ (SuperEgo/V2 Records, 2012)

Aimee Charmer

Con algo más de medio siglo en su documento de identidad la artista de Richmond (USA) lleva tres décadas en activo en el mundo musical. Tras iniciar su carrera en el cuarteto Til Tuesday, comenzó a ser mundialmente conocida tras participar en la BSO de la película Magnolia de Paul Thomas Anderson. Con los flashes de la alfombra roja sobre su persona, estuvo nominada a un Oscar, un Globo de Oro y tres Grammys. Con su octavo álbum en solitario publicado a través de su propio sello la cantautora refleja su sensibilidad tratando temas más humanos, demostrando su lado más cercano y accesible. Su sonido varía respecto a sus anteriores trabajos, si bien, su influencia de artistas como Elvis Costello, con quien trabajó en el pasado, se hace patente en temas melancólicos, atractivos y arrogantes por igual que no pretenden alcanzar la fama como antaño, sino asentarse de manera óptima entre sus seguidores. Con nuevos matices de la mano de sintetizadores en cortes como ‘Crazytown’ y ‘Gamma Ray’, es en otros como ‘Gumby’ y ‘Barfly’ donde se percibe un  trabajo más serio y firme, llegando a igualar sus mejores cotas registradas en anteriores lanzamientos. Y no queda ahí la cosa, pues recluta a James Mercer de The Shins en ‘Living A Lie’, dando más valor si cabe a un disco que debería relanzar la carrera de esta artista que suele gozar de buenas posiciones en la lista Billboard, ha versionado a Coldplay y quiere retomar su senda del buen hacer. Sin complicaciones, su pop con algún que otro toque rock puede gustar a propios y extraños, maravillando a quienes lo hacen con artistas de la talla de Suzanne Vega o Fiona Apple que no saben que tienen por descubrir a esta gran artista que juega con recelo entre el mainstream y el underground.

[Texto]: Alfredo Rodríguez